El espacio público, lugar de relación por antonomasia se está quedando obsoleto, el uso que hacemos del mismo, hace que ciertos elementos tales como avenidas, parques, plazas, equipamientos e infraestructuras, adquieran un valor en la conciencia del usuario mucho menor del que le corresponden. Estos elementos del espacio público están siendo relevados por otros más atrayentes y seductores para las masas por el poder de reunión que ejercen y que se basan en el consumo, entretenimiento, actos deportivos y culturales.
Hemos cambiado los espacios públicos al aire libre de relación directa entre personas por espacios privados y cerrados de relación sujeto-objeto muy fuerte que hace de ésta una relación superficial, propiciada por el apetito humano hacia los objetos y la comodidad de acceder a ellos. ¿Dónde está la relación que se producía en una avenida, en una plaza de un pueblo cualquiera, en un parque o en una simple acera? Está claro que nuestra actitud conlleva a un abandono progresivo de unos valores culturales hacia otros totalmente controlados por el valor de la imagen.
Los elementos articuladores del espacio público aparte de que escasean en las ciudades actuales hay que añadir que están perdiendo la función inicial por la que fueron proyectados. Como diría Louis I. Khan, su “naturaleza”, la naturaleza de estos espacios está cambiando, no son usados con el fin con el que fueron proyectados, motivados porque la sociedad va cambiando, porque no me atrevería decir evolucionando.
Actualmente la telefonía móvil e internet nos alejan del contacto con el exterior, cada vez estamos más aislados en nuestras casas y la vivencia de los espacios exteriores ha decrecido, por lo que una RE-formulación de estrategias para la activación de lugares públicos se antoja fundamental.
Debemos anticiparnos e intuir la problemática para poder intervenir y que los centros comerciales (miniciudades) se empiecen a proyectar desde el espacio público asociado al mismo que en algunos casos es inexistente, como también resolver con actuaciones solventes las plazas, parques, avenidas y demás que requieren otro tipo de participación como los parques sensoriales con música, parques olfativos y demás. De vital importancia es proponer intervenciones, aunque sean utópicas, porque pensar sobre las mismas puede motivar un cambio o puede hacer reflexionar sobre el tema.
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