El ojo humano se ha deshumanizado, vivimos en un lugar donde lo único que importa es la “apariencia”, la imagen que proyectamos al exterior, no analizamos sólo percibimos.
Este análisis es nuestro motor fundamental de comprensión el cual se encuentra en inferioridad frente a la visión (percepción), protagonista a finales del Siglo XX y estrella en el Siglo XXI.
La televisión, la publicidad, la imagen, los folletos de una tienda, el marketing, etc.… todas las estrategias comerciales de este nuevo siglo nos llegan por medio del sentido de la visión, lo han explotado tanto y aún siguen que tenemos más desarrollado este sentido que los cuatro restantes y esto lo notamos en cualquier operación de comprensión de objetos.
Citando una frase del arquitecto Peter Eiseman denotamos lo preocupante de la situación: "La televisión ha robado a la arquitectura el impacto de la imagen."
Esta frase es demoledora, y nos hace comprender el papel del hombre como un ser plurisensorial que necesita de la plenitud de su capacidad de comprensión para conocer mejor la realidad que lo rodea, obteniendo respuestas arquitectónicas más completas que lo acojan en toda la integridad de su ser, tanto corpóreo como espiritual.
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